lunes, 3 de enero de 2011

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

CARTA DE UN EDUCADOR QUE TRABAJA EN UN CENTRO DE MENORES
El motivo de esta carta es mostrar mi malestar e indignación por las informaciones que, a mi parecer poco contrastadas, se están vertiendo en los últimos días en los medios de comunicación acerca del trabajo que se realiza en los centros de menores.

Hablo de indignación cuando estamos viendo como ciertos programas de televisión sacan solamente la información que vende. Me refiero a las declaraciones de un extrabajador de Casa Joven (Centro Terapéutico de menores perteneciente a la Fundación Internacional O´Belén [en adelante FIOB]) que fue despedido, como bien dice en sus declaraciones, hace unos años.

Pues bien, quiero dejar claro que este señor no fue despedido precisamente por empezar a mandar informes a diferentes instituciones, mostrando su malestar por la situación vivida dentro del Centro (me parece muy poco ético que esperase dos años después de estar trabajando aquí para denunciar las irregularidades a las que se refiere y no lo hubiera hecho antes). De hecho quería seguir trabajando aquí y cuando fue despedido empezó su lucha frenética contra la FIOB mandando diferentes informes a las instituciones correspondientes.

Esta persona no fue despedida por mandar informes, no señores, esta persona fue despedida por no desempeñar correctamente su labor como educador ya que se dedicaba a dar cigarrillos a escondidas a los menores, se las ingeniaba con sus sobornos para poner en contra a menores con otros educadores, hacía su turno de noche durmiendo, no actuaba de forma coordinada con el resto del equipo educativo saltándose a la torera las decisiones que se tomaban en reunión de equipo, etc.

Soy educador en Casa Joven desde hace diez años aproximadamente. Durante este período (algunos dicen que demasiado para desempeñar esta labor ya que produce mucho desgaste) he conocido a muy buenos profesionales y a no muy buenos y como comprenderán a muchos menores que han pasado por aquí. Evidentemente habrá chicos y chicas que no tengan buenos recuerdos de su paso por este Centro (a nadie le gusta estar interno en un centro en contra de su voluntad y teniendo que cumplir normas) pero estoy seguro (en contactos telefónicos posteriores a su alta así me lo han hecho saber), que muchos, muchos de ellos se sienten agradecidos por la ayuda que han recibido, el apoyo y el cariño por parte de los educadores (están ahí, pero lamentablemente eso no vende ni crea audiencia).

Quizás aquí está la respuesta al largo tiempo que llevo dedicado a esta tarea. El ver como estos chicos/chicas agradecen tu trabajo con ellos y se dan cuenta; ver como te abrazan cuando se marchan y te dan dos besos con verdadero sentimiento. «Han aprendido a querer y a tener sentimientos que no son solamente de dolor, rencor u odio, con eso me basta».

El segundo motivo por el que me siento indignado, es ver cómo están desprestigiando la labor del educador, diciendo que no somos profesionales cualificados o que no estamos preparados. Todos los profesionales que estamos trabajando aquí tenemos nuestra titulación y una larga experiencia en el trabajo con este tipo de menores.

Cuando hablamos de menores en situación de riesgo, menores con trastornos de conducta, menores conflictivos, etc , nos estamos refiriendo a menores que presentan problemas de adaptación, de convivencia, dificultad para asumir normas, muy baja autoestima y que en la mayor parte de los casos presentan problemas de agresividad.

Estos problemas están en su mayor parte producidos o mediados por los entornos sociofamiliares en los que estos chicos y chicas han vivido. Muchos de estos chavales vienen de familias desestructuradas (progenitores en prisión, progenitores o entornos con alto contenido violento, entornos con alta incidencia de delincuencia, problemas con el uso y abuso de sustancias, etc… ) y han vivido y sufrido en sus carnes estas problemáticas. Otros simplemente vienen de familias bien estructuradas, pero que ya no pueden hacer más para que sus hijos no se pongan en riesgo. De esta forma, pueden hacerse a la idea de todo lo que han conocido, han vivido y aprendido estos niños.

Llega un momento en que los servicios sociales deciden retirar la Tutela a las familias (o son las familias las que ceden dicha Tutela por incapacidad) por la situación de desamparo en que se encuentran los chicos/as, con el fin de asegurar la integridad de los mismos y proporcionarles un ambiente estructurado en el que se aseguren unas condiciones educativas, sanitarias, afectivas adecuadas para el desarrollo íntegro de su personalidad, y ahí es donde empieza la labor del educador.

Estos menores son derivados a diferentes centros pertenecientes a entidades que firman convenios con las administraciones públicas.

El centro en el que yo trabajo, es un Centro Terapéutico. Esto significa que se trata de un centro en el que los menores reciben supervisión clínica (existe un Equipo clínico formado por un psiquiatra y un psicólogo), mediante terapias individuales y grupales, así como de pautación de medicación en los casos que la requieran. Por otro lado existe un trabajo educativo, en el que se llevan a cabo diferentes talleres, con los que se pretende que el menor se forme en diferentes facetas de su vida. El objetivo principal, es velar por la integridad de los menores, proporcionándoles los medios adecuados y una buena base para desenvolverse sin problemas el día de mañana. Su paso por estos centros es temporal y en ningún caso residen en él más de dos años.

Es cierto que trabajar con este colectivo es una labor bastante complicada. Si los menores no presentasen tantos impedimentos y dificultades para trabajar con ellos, no estarían en este tipo de centros. Hablamos de menores que continuamente se niegan a realizar cualquier tipo de actividad, que incumplen normas (puesto que en muchos casos han carecido de alguien que se las pusiera), que faltan reiteradamente al respeto a compañeros y educadores con insultos y agresiones…, pero no pasa nada, es nuestro trabajo diario, que a pesar de ser muy duro, merece la pena desempeñar si conseguimos que modifiquen alguna de estas conductas.

Como anteriormente ya he mencionado, estos menores se saltan las normas continuamente, es por ello por lo que se establecen medidas educativas, que pueden ir desde sanciones por escrito, pasando por medidas reparadoras incluso llegar a separaciones de grupo (en muchas ocasiones con el diálogo basta). En ocasiones el nivel de agitación de un menor es bastante elevado: cogen mesas y sillas y las lanzan contra lo primero que pillan, rompen cristales, rompen puertas y ventanas, destrozan persianas, luces, enchufes, agraden a compañeros o educadores e incluso se autolesionan. Es por ello por lo que se llega a la situación de tener que sujetar al menor (es lo que conocemos como «contención física» y que tanto impresiona a la gente). Por favor no se lleven las manos a la cabeza porque a los que verdaderamente afecta esta situación es a los propios menores y a nosotros. Además es un procedimiento totalmente validado a nivel médico y supervisado por las administraciones.

El principal motivo de estas contenciones es evitar que el menor se pueda hacer daño, pueda hacer daño a terceros y dañe el mobiliario del centro (muchas veces los centros presentan un mal aspecto por los daños que causan los menores). A este extremo se llega tras haber agotado el resto de recursos educativos y humanos que están a nuestra disposición, es decir: tras intentar que el menor recapacite y se tranquilice verbalmente y con mucho diálogo. Evidentemente se produce una situación muy desagradable que a nadie le gusta pero que hasta el día de hoy es el método más apropiado que yo conozco y que se utiliza. En el momento que el menor se tranquiliza finaliza la contención y se hablará con él sobre la medida educativa que se le pondrá y sobre lo que le ha llevado a esa reacción.

En algunos casos la situación es incontrolable y hay que utilizar las salas de contención que no son, ni más ni menos, que habitaciones diáfanas y con paredes acolchadas. Estas habitaciones se utilizan como último recurso. El menor permanece en ellas muy poco tiempo, el necesario para tranquilizarse, y siempre supervisado. Para su uso es necesario tener el permiso de la Dirección del Centro, la aprobación del psiquiatra y el conocimiento por parte del juez. Todo esto tiene que estar reflejado en un informe del que quedará constancia en las diferentes administraciones.

Quiero dejar claro que todas las medidas educativas y el trabajo diario con los menores están reflejados en sus correspondientes informes. Tanto las Delegaciones de Bienestar Social como la Fiscalía están al tanto de ellos. Hay continuas visitas por parte de las administraciones y de la Fiscalía de menores para supervisar el correcto funcionamiento del centro.

Por favor, contrasten su información, están tomando referencias de gente resentida que ha sido despedida de su puesto de trabajo, que en su día perjudicaron a los menores y que actualmente lo siguen haciendo con sus declaraciones. Pregunten a la gente del entorno de Casa Joven, a educadores que actualmente están realizando su trabajo en este Centro, al personal de limpieza y de cocina, a antiguos educadores y antiguos menores.

Quiero dejar claro que hablo de lo que ocurre en mi lugar de trabajo, en el Centro de menores Casa Joven, que es lo que yo conozco y que no estoy de acuerdo, al igual que todos mis compañeros, con prácticas abusivas e injustas para con los menores. Además mi profesionalidad no me permitiría trabajar en un lugar donde se maltratase y vejase a los menores. No pasarían veinticuatro horas sin que denunciase esa situación ante las autoridades competentes.

Ahí están las administraciones para que mejoren las cosas, para que supervisen los centros, los menores y la gente que en ellos trabaja y que en muchas ocasiones y de manera injusta recibe el apodo de «maltratador» cuando en realidad somos nosotros, los educadores, los que verdaderamente conocemos, educamos, enseñamos, jugamos, nos divertimos y, como no, también discutimos con los chicos y chicas que aquí tenemos.
Esta información la he recogido de la página web: www.soitu.es

ENTREVISTA DE RADIO EL DELIRIO

Os adjunto una entrevista de radio muy interesante donde se habla sobre los tipos de centros de menores y los abusos que se hacen en ellos.
ENTREVISTA DE RADIO SOBRE LOS CENTROS DE MENORES



Centro de Picón de Jarama, el centro peor evaluada por el Defensor del Menor.

Pertenece a la fundación O´Belen, denunciados varias veces, os adjunto varios titulares de artículos recogidos en la página de Centro de Menores:

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA FISCALIA DE MENORES NO VA A TOMAR MEDIDAS

Hoy España se ha despertado con este titular:

Detenido 'El Cuco' por romper la orden de alejamiento respecto a la familia de Marta.


La Policía Nacional ha detenido a Javier G., el menor de 16 años de edad conocido como El Cuco, imputado por la desaparición y presunto asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo en enero de 2009, por quebrantar la orden de alejamiento que tiene respecto a la familia de la víctima. La Fiscalía de Menores de Sevilla ha anunciado hoy que no actuará contra el menor porque el vehículo lo conducía su padre.

La detención se practicó el pasado domingo, cuando el menor viajaba en un vehículo junto a algunos familiares por la autovía AP-4 que une las provincias de Sevilla y Cádiz, a 26 kilómetros de la capital andaluza. Según la Policía, era un control rutinario de vehículos en el que pararon "aleatoriamente" el coche en el que viajaba El Cuco, procediéndose entonces a su detención por quebrantar la orden judicial que le impide acercarse a la familia de Marta del Castillo o a 50 kilómetros de su lugar de residencia.
La Fiscalía ha informado de que no va a tomar ninguna medida penal contra el menor, ya que iba conduciendo su padre, que alegó que "se habían equivocado de carretera". El ministerio público ha señalado además que el menor tenía permiso para abandonar el piso tutelado el día de la detención, que se produjo cuando se dirigía a una fiesta de cumpleaños.
Las fuentes consultadas por Europa Press han detallado que, el mismo domingo, fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, que decretó la vuelta del menor al piso tutelado donde se encuentra después de haber estado internado en un centro cerrado a la espera del juicio, que se realizará en el Juzgado de Menores número 1 tras haberse inhibido el número 3.
La Fiscalía de Menores solicita para el imputado una condena de seis años de internamiento en un centro cerrado, seguido de tres años de libertad vigilada, por un presunto delito de asesinato; dos de agresión sexual (uno como autor directo y otro por facilitar la agresión sexual perpetrada por Miguel Carcaño), y uno contra la integridad moral por el daño causado a los padres al no desvelar el paradero del cuerpo.
En el escrito de acusación, el Ministerio Público pide para El Cuco seis años de internamiento en un centro cerrado, seguidos de tres años de libertad vigilada, "que es la medida de mayor gravedad" prevista en la Ley para los supuestos en los que el autor de los hechos sea menor de 16 años en el momento de cometer los mismos, por entender que esta medida "es adecuada a la gravedad de los hechos y circunstancias del menor". De igual modo, la Fiscalía ha solicitado que el Cuco indemnice al Ministerio del Interior en la cantidad de 616.319,27 euros, importe en el que cifra las labores de búsqueda del cuerpo de la menor tanto en el río Guadalquivir como en el vertedero de Alcalá de Guadaíra y en la localidad de Camas.



Que os parece? Pensais que ha roto realmente la orden de alejamiento y deberían tomarse medidas?

lunes, 15 de noviembre de 2010

A TRAVÉS DE ELLOS

He encontrado diferentes versiones del trato que se le da a menores (algunos por suerte ya cerrados )en algunos centros, y me gustaría compartirlo con vosotros, como ellos lo han vivido en su persona, y no solo niños, también profesionales, os recomiendo que le echeis un vistazo.

  • "Lo peor es la impotencia que sientes cuando están haciendo una contención y no te puedes meter. Aunque el peor castigo era estar un mes sin salir, o 24 horas en un cuarto, encerrado, sin ir al patio. Eso si hacías algo leve, y hasta una semana si cometías una falta gorda, como amotinarte. A mí me dislocaron un hombro en una contención, y me lo hizo un educador, que en teoría no puede. No me llevaron ni al médico, y me lo tuve que colocar yo mismo. Más cosas... Si te negabas a algo, limpiabas el patio o hacías otro trabajo para el centro, tareas para las que ya había personas asignadas". Ángel, menor.

  • "En pleno invierno, a menos cuatro grados, en la sierra de Galapagar, nos sacaban desnudos al patio y nos enchufaban agua fría con la manguera. Y porque ellos querían. En ese centro ha habido hasta abusos sexuales a chicas por parte de los trabajadores, o palizas a niños de 7 u 8 años". Juan Carlos, menor.

  • "Mi estancia fue como estar en una cárcel, no había actividades, los educadores nos contenían cada dos por tres, haciéndonos daño... Pero lo peor que he visto fue una niña de 15 años que se intentó tirar por un balcón porque estaba desesperada y pensaba en suicidarse. O una paliza de un educador a un niño de 11 años por robar en un colegio". Jose Antonio, menor.
    • "No llegué al año de estar allí. La gota que colmó el vaso fue un fin de semana que yo no había trabajado. Cuando volví, me enteré de que le habían dado una paliza a dos niñas de 16 años, con un palo. Me las encontré llenas de moratones. Nos lo contaron porque dos días después venía la Comunidad, y preparaban una excursión para que las chicas desapareciesen ese día. Era un sábado por la mañana, una de ellas se despertó muy temprano, se levantó, hizo ruido, despertó a este hombre, al agresor, y él empezó a pegarle. La compañera le defendió, y entonces él descargó también su ira contra ella. En este centro siempre había insultos, humillaciones, medicación... Mucho maltrato, de todo tipo". Noelia, Educadora social.
       
    • "En La Jarosa me encontré un centro que olía mal, con pesonas que no sabían como tratar a adolescentes con problemas, con un nivel de violencia muy alto, con prácticas impensables. Por ejemplo, una persona -que no era médico ni enfermera-, al ver a un niño nervioso le introducía sedantes en la leche. También se producían castigos en celdas de aislamiento, donde un niño podía estar hasta tres días. Pero, sobre todo, lo más grave era la situación de indefensión en la que se encontraban unos chavales que en teoría estaban siendo protegidos. Lo puse en conocimiento del Defensor del Pueblo, y una semana después se cerró. Santiago, Psicólogo.
       
      No hace falta decir, que éstos maltratos no son lo habitual, que hay centros de menores donde si se da una educación a menores que están en riesgo  de exclusión social, laboral...
       

    EL DEFENSOR DEL MENOR

    No podemos dejar de hablar del defensor del menor, nombrado en el año 2006, donde en la página del defensor del menor dice unas palabras, que a continuación expongo, de bienvenida:
    Las nuevas tecnologías, especialmente Internet, están poniendo al alcance de cualquier ciudadano la posibilidad de acercarse y conocer el trabajo cotidiano que desarrollan Instituciones y organizaciones. Desde este sitio en la Red pretendemos dar a conocer las actividades que este Comisionado Parlamentario desarrolla a favor de la infancia en los diversos ámbitos que la Ley de creación del Defensor del Menor le demanda: la divulgación de los derechos de los menores, la promoción de iniciativas que favorezcan sus intereses, la recepción y tramitación de las quejas y demandas de los ciudadanos, el control y supervisión de las administraciones y entidades públicas y privadas por sus actuaciones en relación a la infancia y la divulgación de distintos aspectos relacionados con los menores y sus problemas.


    Arturo Canalda
    Aquí arriba os adjunto una foto del defensor del menor de la comunidad de Madrid, Arturo Canalda.


    También os informo, a través de un organigrama de la página http://www.defensordelmenor.org/, de su organización:



    miércoles, 10 de noviembre de 2010

    DEBERES Y DERECHOS DEL MENOR INTERNADO

    La Ley Orgánica del menor 5/2005, en sus artículos  56 y 57 nos expone los derechos y deberes que éstos tienen cuando están internados.
    Pero ultimamente se está solicitando una reforma de esta ley, debido a los últimos acontecimentos que han surgido. Nos referimos a casos tan conocidos como a:
    La Fiscalía de Menores solicita seis años de internamiento
    La Fiscalía de Menores de Sevilla ha solicitado una condena de seis años de internamiento en un centro cerrado, seguido de tres años de libertad vigilada, para el menor conocido como «El Cuco», imputado por el asesinato de Marta del Castillo. La fiscal jefe, María José Segarra, dice que al menor se le atribuye, con carácter provisional, una «directa» participación en la desaparición de la joven sevillana, por lo que se le imputan un presunto delito de asesinato, dos de agresión sexual –uno como autor directo y otro por facilitar la agresión sexual perpetrada por Miguel Carcaño– y uno contra la integridad moral por el daño causado a los padres al no desvelar el paradero del cuerpo. La condena propuesta por el Ministerio Público es la medida de mayor gravedad prevista en la ley.
    • El asesinato de Cristina Martín: La Guardia Civil tardó siete horas en rescatar el cuerpo sin vida de Cristina Martín, la niña de 13 años de Seseña (Toledo), en paradero desconocido desde el pasado martes cuando no regresó a casa de sus padres. La pequeña estaba en el interior de una poza abandonada del pueblo, a 3,5 metros de profundidad. Hasta que se levantó el cadáver, a las 18.15 horas, los agentes no pudieron detener a la principal sospechosa de su muerte, una menor de edad "del entorno cercano no familiar de Cristina", según fuentes de la investigación.

    Diferentes manifestaciones se han producido ya, a raíz de estos sucesos, cometidos por menores, donde la familia de estas chicas y demás personas, no están de acuerdo con el trato que se les está dando a los culpables de los asesinatos de sus hijos, creen que deberían endurecer las penas que existen actualmente, a continuación un vídeo.

    
    

    martes, 9 de noviembre de 2010

    TIPOS DE CENTROS DE MENORES

    Hay varios tipos de centro:
    • Los centros de menores de corta o larga estancia
    • Los centros de menores drogodependientes
    • Los centros de promoción juvenil
    Pueden ser privados o públicos siendo la administración pública la que los regule a través de convenios con la Consejería.
    Todos estos centros aunque diferentes, tienen varios puntos en común:
    • Tratar su situación personal, familiar, social, y su entorno.
    • Formación social
    • Formación de oficios
    • Talleres de habilidades sociales y educativas
    • Apoyo psicosocial
    • Y un largo etc....

    Discrepancia de opiniones, ¿cuál es la correcta?

    Actualmente existe una gran controversia respecto a los centros de menores, donde éstos cumplen condena sobre el delito que han cometido.
    Hay varias posturas al respecto, los que afirman que en dichos centros se acogen a menores por un período transitorio para su futura integración en la sociedad y otras opiniones que discrepan bastantes de éstas, en las que se afirma que en estos centros se tortura y no se educa, donde van niños sin familia, con padres toxicómanos, o presos en la cárcel, o que no quieren vivir con ellos.